por Alberto Barranco

Enlace original / El Universal

Sin embargo, su magnitud real se refleja en la exigencia para el próximo y los subsecuentes gobiernos de erogar 8% del presupuesto de gasto para subsidiar a instituciones de seguridad social, cuyo monto podría alcanzar 14% en el corto plazo.

 

Etiquetados gran parte de los recursos públicos en el pago de compromisos como el rescate bancario, el rescate carretero, el servicio de la deuda interna y externa y las previsiones para posibles contingencias, entre otros, la posibilidad de asfixia está latente.

 

¿Menos dinero para salud, para educación, para programas sociales, para justicia, para infraestructura…?

 

El nuevo dedo en la llaga lo coloca ahora el actuario Francisco Miguel Aguirre Farías, con un libro de título más que explícito: “Pensiones… ¿y con qué?

 

De acuerdo con éste, “las descapitalizaciones de los distintos sistemas de pensiones representan un gran número de bombas de tiempo distribuidas en todo el país, que han estado detonando en diferentes fechas y lo seguirán haciendo en próximas”.

 

A contrapelo de la creencia generalizada, el autor señala que el principal problema financiero no radica en el Instituto Mexicano del Seguro Social, sino en los sistemas de pensiones de los servidores públicos y las universidades.

 

Estamos hablando de gobiernos estatales, bancos de desarrollo, paraestatales como Pemex y la Comisión Federal de Electricidad…

 

Aunque aterra el pasivo contingente del Seguro Social para enfrentar jubilaciones y pensiones de sus propios trabajadores, —cuya nómina alcanza ya 400 mil— calculado en 16% del PIB, el del ISSSTE alcanza 40%, con 2 millones de trabajadores inscritos.

 

El boquete del IMSS para atender requerimientos similares de sus 14 millones de derechohabientes alcanza 31% de la producción nacional.

 

Y si bien pareciera mínimo frente a éstos el faltante de reservas en universidades públicas, equivalente a 2% del PIB, el fardo es colosal en función del presupuesto que reciben.

 

Ahora que los gobiernos estatales enfrentan un pasivo contingente de 13% del PIB, en tanto las paraestatales llegan a 16.

 

¿Qué pasará cuando alguien en lista de jubilación se le diga que no hay recursos para atenderlo? Más aún, el escenario podría alcanzar a ya jubilados.

 

De acuerdo con el actuario Aguirre Farías, la medicina para enderezar el timón y evitar un estallido social es “amarga y dolorosa”, pero será peor si no se toma.

 

De entrada, se recomienda promover, o incluso financiar estudios que den una justa medida del problema de cara a la situación económica, política y social de todos los sistemas de pensiones.

 

Más allá, se plantea ir concientizando a los trabajadores sobre la magnitud del problema, con vista a una reforma en que se alargue el plazo para pensionarse y se disminuya la percepción.

 

En paralelo, se plantea reforzar las tareas del Fondo de Apoyo a Reformas Estructurales de Universidades Públicas Estatales.

 

Más allá, se habla de la necesidad de una nueva reforma a la Ley del IMSS, comenzando por evitar el cobro de comisiones altas por el manejo de cuentas individuales… e incrementando las cuotas, cuyo monto activo alcanza 6.5% del salario del trabajador.

 

Logradas las metas, se convocaría a un pacto nacional que atendería, entre otras cosas, la posibilidad, ahora sí, de pensión universal no contributiva financiada con impuestos al consumo; la fijación de cuotas mínimas y máximas para los fondos pensionarios y la edad mínima para jubilación, además de la antigüedad.

 

La caldera está por estallar.

 

Balance General

 

Aplazada su divulgación en marzo pasado, luego en mayo, julio, septiembre, los signos indican que este año se le escatimará a la opinión pública la tradicional Encuesta Nacional sobre Salud Pública y Nutrición.

 

El documento permite evaluar la correlación entre el diagnóstico y la disponibilidad de infraestructura de salud para atender problemas como adicciones, obesidad o diabetes.

 

La mora apunta a que los tres rubros se han incrementado a niveles explosivos ante el fracaso de las campañas preventivas o el gatopardismo en materia de alimentos susceptibles de venderse en las escuelas.

 

De hecho, la Comisión de Autorregulación Publicitaria encendió los focos rojos ante la gravedad del problema que en el papel se combatiría impidiendo la difusión de productos chatarra con perfiles de engaño.

 

El caso más preocupante es del de las adicciones que alcanzan a niños de siete a 11 años, con énfasis en mujeres.

 

Golpazo a la CFE

 

De incluirse, como se prevé, la posibilidad de meter la energía eléctrica en el marco de la propuesta de reforma energética que plantea el nuevo gobierno, la Comisión Federal de Electricidad tendría centenares de tiendas de enfrente.

 

Prácticamente su única alternativa de negocio serían los hogares y las pequeñas empresas, léase tintorerías, tortillerías, maquiladoras…

 

De acuerdo con el proyecto realizado por el Centro de Investigación para el Desarrollo, Cidac, modificado el artículo 27 de la Constitución, las empresas generadoras de energía eléctrica tendrían cancha para transmitir y aún comercializar ésta.

 

Actualmente los supuestos excedentes de empresas de autoconsumo y pequeñas generadoras se los venden a la paraestatal, quien tiene la exclusiva del transporte y entrega directa.

 

La CFE, pues, se haría chiquita, justo cuando tiene frente a sí una orden judicial que la coloca como patrón sustituto de los ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, lo que la obliga a contratar a los 16 mil 750 que no han solicitado su liquidación… o liquidarlos con el pago adicional de salarios caídos de tres años.

 

Tienda de enfrente

 

Accionista por años de la empresa Cementos Moctezuma, la nueva aventura del magnate Carlos Slim en Cementos Fortaleza cierra el círculo que se abrió con la constructora Ideal (Infraestructura para América Latina) y su similar en el Grupo Carso.

 

El negocio del que el rico más rico del planeta será minoritario con 46% del capital —Antonio Del Valle tendrá el otro 54—, le pone un jaque a Cementos Mexicanos, quien había iniciado una incipiente participación en construcción.

 

La firma de Lorenzo Zambrano participó en la remodelación del Circuito Interior de la capital.